Es la cara anterior de un sarcófago. A juzgar por sus dimensiones se trataba del sarcófago de un niño. Se ha perdido la pieza que lo cubría pero conserva parte de la inscripción. La apariencia desgastada del relieve no es producto de la erosión. Esta decoración “sin acabar” -en bossiert- es lo que caracteriza precisamente este tipo de producción.